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Mate

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Pequeño mate de silicona para matear individualmente
Mateando entre Madrid y Buenos Aires con el Nacho[1] (itinerante) el viernes 17 de junio de 2011
María Rodríguez mateando mientras felicita el año nuevo de 2007 a los indianos que estaban en base de Madrid desde la chacra de la familia Otero en San José, Uruguay
Natalia Fernández mateando en Gijón el 2 de septiembre de 2011
Natalia Fernández mateando en la oficina indiana de Madrid en septiembre de 2008

Matear es una de las tradiciones indianas más cotidianas y arraigadas.

Contenido

Historia

La yerba mate es una bebida mestiza desde su origen. El nombre mismo, kamati, es una mezcla de "kaá", del guaraní, que significa hierba, y "mati", palabra quechua que significa calabaza pequeña para beber.

La leyenda guaraní atribuye el nacimiento de la planta al mismísimo Tupá, Dios del bien, quien la habría hecho nacer en agradecimiento a la hospitalidad recibida por un viejo y su hija, Yari, a la cual divinizó como custodia de la planta, garantía de que nunca faltaría qué compartir y por tanto de la continuidad de la comunidad.

El descubrimiento

En 1554 una expedición guiada por el gobernador del Río de la Plata (con capital entonces en Asunción), Domingo Martínez de Irala llegó hasta Guaíra (hoy estado de Paraná) donde descubrió el mate de mano de los guaraníes. Observando que estos parecían más sanos y felices que los del resto bajo su gobierno, implantó su cultivo en la provincia. Pronto las rutas del mate convirtieron Asunción en un floreciente centro comercial.

El té de los jesuitas

A principios del siglo XVII, antes de la llegada del té a través de Portugal a Europa, el mate cocido, llevado por los jesuitas a España fue la primera infusión extraeuropea que conquistó el viejo mundo. El cultivo creció y todavía hoy las plantaciones paraguayas y argentinas (Misiones) las mayores del mundo, aunque la expulsión de los jesuitas de los territorios de la corona española en 1767 finalizó este comercio ultramarino y la costumbre del mate se perdió en el viejo mundo casi completamente (hoy sólo se conserva en algunos pueblos de Siria y Libano donde llegó después a través de emigrantes retornados del Río de la Plata y Brasil).

El mate bebida cimarrona

Como todo comercio lucrativo en el imperio, el mate devino una concesión estatal, estando prohibido su cultivo y consumo fuera de la regulación real. Sin embargo la sierra riograndesa (serra gaucha), Entrerríos y la banda Oriental, es decir, la zona entre el sur de Sao Paulo y Buenos Aires capitales fronterizas de los dos grandes imperios, era tierra de cimarrones, comunidades de fugitivos que escapaban de la esclavitud (en el caso de los negros) o del estado y que integraban a mestizos, portugueses y españoles, a veces fundidos con comunidades guaraníes.

Estos cimarrones o fugitivos, muchos de los cuales vivían del ganado salvaje cultivaban su propio mate, elemento básico de su dieta y su cultura. Es por eso que el mate es también conocido, especialmente en Brasil, como chimarrão.

"Esos hombres sin religión ni moral, en su mayoría indios o mestizos que los portugueses designaban por el nombre de Garruchos o Gahuchos", como los describía Sain Hilaire, fueron, hasta el sometimiento de las tierras interiores y la aparición del peón de estancia, el resultado de la consolidación de esa cultura cimarrona de las tierras donde el estado era débil y los latifundistas inoperantes. La yerba, ella misma clandestina, comunitaria y nómada, sería su símbolo y su legado.'

Adopción indiana

La costumbre no se extendió entro los indianos hasta 2006 cuando se comienza a pensar en Montevideo o Piriápolis como posible base de la primera Casa de Indias. Llegan entonces bombilla, matera y hierba. Desde entonces no hay mesa de trabajo indiana sin su mate.

Hoy los indianos tienen el mayor consumo de mate per cápita del mundo (9Kg/año aproximadamente), por encima de Uruguay (7.8 Kg), Rio Grande del Sur (7Kg) y Argentina (6,5).

Anécdotas

  • La hierba favorita de los indianos es de la marca Canarias, cultivada en Brasil, elaborada sin palo y comercializada en Uruguay.
  • En 2011, comenzamos a usar mates de silicona para el mateo individual, toda una herejía fuera de Buenos Aires, eso sí, con yerba sin palo y vertiendo el agua en un agujerito central, cuidando de que la yerba que queda arriba no se moje; una forma original de cebar que mezcla características del cebado a ambas bandas del Río de la Plata.