La «filé indiana» es una comunidad transnacional de personas que aseguran su autonomía y libertades mediante empresas organizadas bajo el principio de democracia económica alrededor del Grupo Cooperativo de las Indias. Es el producto de una larga evolución y debate que comienza con las primeras comunidades virtuales en lengua española y portuguesa a finales de los ochenta. Los fundamentos de nuestra identidad y acción son:
Redes distribuidas y lógica de la abundancia
Las redes distribuidas han multiplicado la productividad y las posibilidades. Sin embargo la mayoría de las iniciativas sociales y empresariales se basan en generar artificialmente escasez. Unos proponen votar, producir o cobrar por un único resultado igual para muchos, otros hacen depender sus redes de un nodo central, generando control y dependencia. Nuestro compromiso por las arquitecturas distribuidas frente a las descentralizadas es nuestra forma de apostar por el máximo de libertad para cada persona y de autonomía para las comunidades.
Transnacionalidad
Como somos producto de la evolución de una comunidad virtual -el viejo «movimiento ciberpunk»- nunca tuvimos una ubicación única ni una identidad nacional. Por eso, los miembros de nuestra comunidad pueden tener un pasaporte u otro, pero tienen los mismos derechos y responsabilidades, participan de la misma deliberación y trabajan en la misma red. No nos sentimos parte de ninguna nación ni comunidad imaginada (nacionalidad, género, raza, etnia...), nuestro centro es nuestra comunidad real -la gente a la que ponemos nombre, gestos y afectos- y su entorno allá donde esté. Por lo mismo, nuestro trabajo y nuestra deliberación tienen lugar al mismo tiempo en varias ciudades en distintas partes del mundo y por eso nosotros nos trasladamos entre ellas.
Democracia económica
Para asegurar nuestra autonomía y la igualdad efectiva de nuestra gente por encima de las fronteras estatales nos dotamos de una estructura económica, el Grupo Cooperativo de las Indias. Como consecuencia, estamos enfrentados colectivamente a situaciones en la que existe escasez: hay que decidir entre opciones. En ese ámbito estamos profundamente convencidos de que la máxima libertad para cada uno y la máxima autonomía para la comunidad se obtienen concurriendo en el mercado -no dependiendo de donantes ni subvenciones- y organizando nuestras empresas democraticamente, apostando por el emprendimiento interno y utilizando el cooperativismo como herramienta fundamental de organización en el trabajo y decisión económica colectiva.